Entrevista Lukax Santana

Entrevista – Lukax Santana

Lluvia de lanzas de cristal, nuevos cauces y la urgencia”, Un diálogo con Lukax Santana.
por Samuel Ibarra Covarrubias

Cuáles Fueron las principales razones que te llevaron a pensar en realizar una obra en medio del reciente estallido social?

Desde que comencé a hacer registros sonoros, en 1976, que las grabaciones de audio las pienso como un documento histórico. Los primeros registros grabados en La Tirana, los hice para llevarme un recuerdo de Chile a mi exilio.
Sin duda este es un momento histórico, social, político de gran importancia que había que registrarlo como documento para futuras generaciones.
Hay gente que tiene álbumes fotográficos, yo tengo sonoros.

El paisaje sonoro que se advierte en tu obra da cuenta de un espacio abigarrado, tenso. Qué imágenes auditivas te sugerían las cacerolas, su trinar duro y monocorde?

Un ejército haciendo sonar sus escudos antes de la batalla.
HORDAS.
Sonidos multicolores polifónicos.
Una lluvia de lanzas de cristal.
Las trompetas de Jericó.
Lava candente y fluorescente bajando por las laderas de los cerros/volcanes que hacen erupción, derramándose, copando los espacios prohibidos. En su accionar van creando nuevos cauces y un nuevo orden.

En los 4 tracks pareciera haber una indagación especial sobre diversas sonoridades metálicas que se van cruzando y entreverando. Que buscabas definir en cada pista? Hay algo especial allí?

Es un registro totalmente espontáneo, movido por la urgencia de captar este descontento que se manifestaba en golpear metales. Este canto rebelde debía ser registrado.
Es una sola toma. La división -entiendo- es por razones técnicas. Mi acción consiste en captar un momento, encontrar en este varias narrativas sucediendo simultáneamente, las intervenciones sonoras esporádicas que rompen una realidad y crean otra. Es un ejercicio de escucha profunda. Abres el micrófono y esperas. Un mundo sonoro irrumpe.

Metafóricamente en cada corte del disco se despliega un universo de “estrellas metálicas que suenan”, una suerte de firmamento material vivo que ebulle. Que reflexión te sugiere la dimensión sonora de la protesta, sus formas audibles, sus políticas de ruido?

El sonido como arma. La eufória de ver a un pueblo despertar de un letargo de décadas, fue muy emocionante. Por lo mismo mientras grababa el concierto de cacerolas, ollas, tapas, latas, no pude dejar de ser partícipe de este grito rebelde que bajaba de los cerros de Viña del Mar. Como millones a lo largo del país uní mi grito de gongs a las ollas, una especie de hermandad sonora; ser nuevamente un partícipe y por ende modificador de la historia de Chile.

Cómo ves el Chile que viene luego de esta revuelta, que lugar le queda al arte?

Es un largo proceso que recién comienza y comenzó bien.
El arte no necesita lugar o permiso para expresarse, el arte está presente en todo.

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