Sabotaje 0
Sabotaje 0 es una obra radiofónica propuesta por Srtn, desarrollada durante una residencia artística en el espacio Q-O2 (Bruselas) en noviembre y diciembre de 2024.
La propuesta consistió en explorar la manera de homenajear una acción política en contra de la dictadura militar chilena: el sabotaje al Festival de Viña del Mar en 1981. Este hecho, aunque relevante dentro de la resistencia contra el régimen, es poco conocido popularmente. El objetivo fue recopilar la mayor información posible sobre lo sucedido para crear una pieza radiofónica destinada a su difusión en diversas radios. De manera paralela, se trabajó en una obra sonora inspirada en esta acción.
Durante la residencia, se intentó contactar a personas de la Quinta Región que tuvieran información sobre el sabotaje, sin éxito. La principal fuente de información provino de publicaciones como «Lo militar y el FPMR en la política de rebelión popular de masas: Origen y desarrollo» de Luis Martínez, y la tesis «Un paso al frente: Una historia del FPMR» de Matías Zurita y Daniel Brzovic. Estos textos permitieron reconstruir la historia del sabotaje, con el fin de plasmarla en una cápsula radial que ayude a dar a conocer esta acción política.
El trabajo sobre esta historia generó nuevas preguntas y un interés por seguir investigando. Sin embargo, debido al tiempo limitado de la residencia (cuatro semanas), fue necesario delimitar el proyecto. Aun así, el proceso despertó el deseo de continuar explorando este tema, con la esperanza de que esta obra inspire a otros a hacer lo mismo.
Sabotaje al Festival de Viña del Mar 1981
El sabotaje al Festival de la Canción de Viña del Mar, realizado el 22 febrero del año 1981, fue una
de las primeras acciones relevantes contra la dictadura militar en Chile.
Ese año se hizo lo posible por realizar la mejor edición del certamen, y se logró, en la actualidad es
recordado por muchos como el mejor Festival de Viña, debido a la calidad de los artistas que
participaron y al alto presupuesto que se invirtió, esto último relacionado con la paridad del dólar a
39 pesos chilenos, que permitia cubrir los gastos requeridos por los artistas y la producción en
general de la actividad. Es importante considerar también, que el festival era la única actividad cultural masiva en esa época, que además de ser transmitida a todo el país, tenia una fuerte visivilidad y repercución internacional. De esta manera, el festival se presentaba como una herramienta que permite cubrir la necesidad del regimen militar, en relación a presentar una buena imagen de chile hacia el mundo. Es así como también se transforma en la oportunidad, para los opositores del regimen, en poder manifestar su descontento, producto de las persecuciones, las muertes, los desaparecidos, la fuerte represión, la extrama pobresa, entre muchas otras cosas.
La información sobre esta acción política, es casi nula, y no es de extrañarse, a proposito del control que tenia la dictadura sobre los medios de comunicación.
El sabotaje al Festival de Viña del Mar del año 1981 fue elaborado por una esctructura del partido
comunista que estaba dedicada a la labor de autodefensa. Algunos platean que fue realizado por la
estructura Frente 0, y otros explican lo siguiente:
Uno de los equipos que más desarticulado quedó tras el golpe militar fue el de autodefensa, lo más
cercano que tenía el PC a un aparato militar. Mientras la dirección recibió el nombre clave de Frente1, la comisión de Control y Cuadros era el Frente 2, el de autodefensa quedó como el Frente Cero, prácticamente abandonado durante la década del 70. Por este motivo, la Comisión Militar intentó renacer un aparato de características similares, el Frente 17, una suerte de equipo en el que
participaban unos pocos militantes, algunos cuadros recuperados del equipo de autodefensa más
aquellos que mostraban afinidad hacia la tarea seudo militar. Improvisando, errando y acertando, en la práctica aprendían cómo implementar, con mesura, el factor militar en la lucha clandestina.
La acción consistió en realizar un apagón en la V región de Valparaíso. que afectara a la ciudad de
Viña del Mar y al desarrollo del certamen, para posteriormente, durante el corte de luz, difundir una proclama, que atribuia el atentado al Comando Manuel Rodríguez, que se presentaba como férrea oposición a la dictadura militar y al tirano, incitando a la gente a la desobediencia civil.
Este apagón provocó que la Quinta Vergara, lugar donde transcurre el evento, quedara a oscuras
por al menos durante tres minutos. Las pantallas de televisión de todo Chile, se fueron a negro. El
famoso festival debió continuar con equipos de emergencia. En la ciudad aparecian miguelitos desperdigados en el pavimento y gente era desalojada de edificios ante supuestos atentados de bombas. En los kioscos, en las bancas, bajo cajas de cartón, en manos de algunas personas, circulaba la grabación del Comando Manuel Rodriguez, esta era reproducida por una enorme cantidad de toca cassettes, sincronizados, de manera precaria, para poder activarse de forma simultanea, y así hacer llegar el mensaje a los oidos de las personas que estaban y circulaban por el lugar. Esta operación mediática había costado enormes esfuerzos. Se movilizaron todos los refuerzos nacionales para la región de Valparaíso. La operación tenia que funcionar, sino debian esperar un año más para poder llevarla a cabo, cuando se realizara nuevamente el festival. Los métodos utilizados fueron artesanales: el apagón se provocó casi en su totalidad mediante cadenazos y la proclama se grabó en el clóset de una casa. Consiguieron un gran cantidad de toca cassettes para poder reproducir el mensaje. Aquel señero nombre «Manuel Rodríguez» había sido ideado poco antes, improvisadamente, sin que se volviera a usar sino un par de años después. La acción no sólo fue un ejemplo de la precariedad con que se introducían estos novedosos
métodos. También demostró que éstos, en un ambiente atemorizado y adormecido, eran posibles.